Reflexión Pastoral ( 171024)
- Primer nivel: Poca fe es una fe inconstante, la cual se caracteriza por la lucha y la duda entre la esperanza y la incertidumbre. Nos dice: “Sé que Dios puede hacerlo, pero no puedo esperar, (Mateo: 6:25-30; Mateo: 8:23-26; Mateo16: 5-8; Mateo 17:19, 20). Muchos se mantienen en este nivel porque solo se enfocan en sí mismos, en sus circunstancias en lugar de enfocarse en Dios. y viven llenos de inquietudes. Santiago 1: 6-8.
- Segundo nivel: Gran fe es la fe que se extiende, la cual se demuestra en los creyentes maduros que no se conforman con vivir con duda ni temor. La gran fe está basada en la verdad de las Sagradas Escrituras y no necesita prueba alguna, sino solo la Palabra de Dios. Se enfoca en el Señor y no en las dificultades. Mateo 8: 5-10 describe este nivel de fe. El centurión confiaba tanto en que Cristo podía sanar a su siervo, que no consideraba necesario que lo sanara en persona. Al decir: “solamente di la palabra, y mi criado sanará” (Mateo 8.: 8), Jesucristo se maravilló por su gran fe (Mateo 8:10).
- Tercer nivel: La fe perfecta es la fe que descansa, la cual confiesa: “No solo Dios puede hacerlo, sino que ya lo ha hecho”. La persona que tiene este nivel de fe sabe que ya tiene lo que ha pedido, pues su vida está basada por completo en la Palabra de Dios (Mateo 21:.22). Ya no hay más duda, ni manipulación, ni lucha para tratar de hacerlo todo con nuestras propias fuerzas.