“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.” Salmo 19:7
Muchas personas piensan que la Biblia es aburrida, otros creen que está ultra pasada para los tiempos en que vivimos. Algunos se ríen alegando que cuando se disponen a leerla les da sueño y se duermen, otros confiesan no entenderla.
Contrario a todos estos conceptos que muchos tienen sobre la Palabra de Dios, para el salmista David la ley de Jehová era más deseable que el oro y dulce como la miel que destila del panal. Salmos 19:10. El describe la Ley de Jehová como perfecta, fiel, sencilla, que puede convertir el alma del ser humano. Explícitamente nos dice que los mandamientos de Jehová son rectos, puros, que alumbran los ojos y alegran el corazón; nos advierte que sus juicios son verdad y justos y que el temor de Jehová es limpio y permanece para siempre.
David conocía que solamente la ley de Jehová era capaz de amonestarlo a guardar sus mandamientos para no resbalar y mantener su vida integra delante de Dios, porque siendo un hombre en alta posición, siendo el rey de Israel, podría ensoberbecerse, perder la humildad y rebelarse así contra el Todo Poderoso.
Es la Palabra de Dios la que puede mantenerte humilde. Es la Palabra de Dios la que puede hacerte entender tus errores y librarte de caer. Entonces, no dejes pasar más tiempo y dale prioridad a la Palabra, deja que ella te dirija, conociendo que guardar los mandamientos del Señor tiene grande galardón.