Dios no ve nuestra apariencia sino que escudriña nuestro interior. Por lo cual está probando los corazones de cada uno de sus hijos colocándole pruebas que deben pasar en victoria para comprobar si su fe es inquebrantable. Tal como lo afirma la palabra: “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones.” (Proverbios 21:2) Así que el Señor pesa los corazones y su balanza es perfecta y exacta. Todos los pensamientos, palabras, planes, proyectos, metas se encuentras sobre la balanza del Señor, y por eso él no puede ser engañado. Dios escudriña los corazones y nos prueba en todo momento, para ver si dejamos que el ego se apodere de nuestra vida y pretendamos quitarle el lugar que es de Dios. Tal como lo afirma su palabra: (Jeremías 17:10) En este sentido, cuando Dios coloca las pruebas debemos lidiar con el desánimo, la tristeza, la angustia, y debemos confiar en que Dios está ahí para sostenernos y fortalecernos. Luego de una prueba viene la bendición pero debemos creer verdaderamente en el propósito que Dios. Los corazones son pesados por Dios cuando existe algo de este mundo que los está atando, y por eso debemos saber en qué situación nos encontramos para retractarnos de nuestras acciones y pedirle a Dios que nos limpie y nos aleje de todo lo malo. Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá (Jeremías: 17:9)