Dios nos muestra su misericordia cada día. La vemos en cada amanecer y en las nuevas oportunidades que este nos presenta. Nosotros le fallamos a Dios, pecamos, cometemos errores y merecemos ser castigados. Sin embargo, Dios permanece a nuestro lado, nos muestra su bondad y nos extiende su mano. Por su gracia Dios nos da el regalo de la salvación y el perdón que no merecemos. Hebreos 4:16 . Por su misericordia Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo para que podamos tener vida eterna por medio de él. Romanos 5:8. El pecado nos separa de Dios, pero su amor y su misericordia (mostrados al enviar a Jesús al mundo) forman el puente que por nuestra obediencia a sus mandatos nos permite acceder a su presencia. Juan 3:16. ¿Necesitas experimentar la gracia y la misericordia de Dios en tu vida? ¡Acércate a él con toda confianza! Nada de lo que hayas hecho, dicho o pensado puede mantenerte lejos de tu Padre celestial. Él te acepta tal como eres. Él desea sanar tu corazón y ayudarte a empezar de nuevo, tomado de su mano y aferrado a él. Lamentaciones 3:22-23. Por su misericordia Dios no nos da el castigo que merecemos. Dios abrió el camino por medio de Jesús para que por conocimiento y obediencia pudiéramos recibir la salvación y su perdón. Tanto la gracia como la misericordia de Dios están disponibles para cada uno de nosotros con solo acercarnos a él. Juan. 14:21.