Una de las etapas más lindas de la vida es la niñez, porque no tenemos demasiadas obligaciones ni preocupaciones y la relación con nuestros padres es muy íntima, dependemos completamente de ellos.
Al leer Mateo 18:3 “Les aseguro que para entrar en el reino de Dios, ustedes tienen que cambiar su manera de vivir y ser como niños”, me pregunté: ¿Por qué Dios nos manda a ser como ellos?, de tal manera que identifique algunas cualidades que tienen:
1) Siempre están alegres.
2) Son agradecidos cuando les das algo pequeño o grande.
3) No mienten, siempre dicen la verdad.
4) Creen todo lo que les dices sin dudar.
5) Les cuentan todo a sus papás porque saben que ellos los ayudarán a solucionarán sus problemas.
6) Respetan a sus padres y hacen todo lo que ellos les dicen porque saben que son las personas que más los aman y en todo momento velarán por su felicidad y bienestar.
7) No tienen vergüenza de expresar lo que piensan y sienten.
Podría enumerar más aspectos pero estos fueron más que suficientes para entender que nuestro Padre Celestial quiere que seamos como los niños por la pureza de su corazón; en ellos no hay maldad, en todo momento irradian alegría, vida, ternura y amor.