«Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados» (Hebreos. 12:15).
La Biblia nos habla de cárceles espirituales, de cadenas y ataduras que afligen personas, Jesús vino a liberar a los cautivos y no sacó a nadie de la cárcel natural, todo esto hace referencia a realidades espirituales que afectan directamente nuestra vida natural.
La raíz de amargura se gesta y nace en el corazón, contamina los sentimientos de una persona, al grado de llegar odiar, rechazar y repudiar a alguien sin poder ya evitarlo.
Entre mas grande es la raíz mayor es la manifestación visible de rechazo y de odio de las personas que han dejado crecer la raíz de amargura en sus corazones.
La biblia dice: Efesios 4:31 dice: «Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia.»
Cuando un corazón esta enfermo se hace visible desde el momento que habla y como dice las cosas. El Señor Jesús dijo: Mateo 15:18-20 «Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre….» La actitud de las personas nos dicen mucho.
Recordemos que como personas nosotros decidimos que hacer con los sentimientos, si amar u odiar, bendecir o maldecir, perdonar o guardar rencor. Es por esto que cuando Hablamos con rencor y enojo, este genera un desequilibrio en las emociones, que si no se atiende a tiempo y se hacen las paces, puede generar una raíz de resentimiento, que provocara punzadas en el corazón. El término raíz quiere decir además: fuente, causa, razón. Entonces es un sentimiento de enojo u odio que por no sacarlo del corazón, echa raíz allí, y luego produce unos frutos propios del árbol de amargura.
La raíz de amargura es una raíz de maldición que absorbe la vida de Dios en el corazón del creyente. Tengamos presente que Jesús vino a darnos vida y vida en abundancia, por tanto desechemos todo resentimiento, enojo o amargura y avancemos en el amor de Cristo.
La Amargura.- Es un resentimiento que viene a ser el veneno al alma. Es una puerta abierta para que los espíritus inmundos atormenten a la persona. A medida que la raíz de Amargura crece más fuerte por los rechazos repetidos, esto alimenta las heridas y produce: resentimiento, odio, venganza, rabia, violencia, ira y deseos de matar. Hoy en día, muchas personas se sienten como encerrados en prisiones financieras, enfermedades, problemas de familia y mucho de estos casos es por causa de la Amargura que hay en su alma. La Amargura hace olvidar todo lo bueno que hayamos recibido de Dios y de las personas. Es como una nube que nos cubre, nos ciega y no nos deja apreciar lo bueno de la gente. Si no lo tratamos a tiempo se va a ir desarrollando CRECE, se ACUMULA y MADURA. También acaba con los valores de la personalidad.
Dios es sanador, y procura lo mejor para sus hijos. Permitamos al Espíritu Santo obrar en nuestro corazón y con el poder de Dios desarraiguemos CUALQUIER raíz de amargura o resentimiento del corazón.