Muchas veces los problemas empiezan a agobiarnos y la fe que aparentemente tenemos comienza a desaparecer, pues es muy sencillo tener una actitud agradecida, esperanzadora y feliz cuando todo marcha bien pero lo más importante es poder mantenerla cuando las cosas empiezan a ponerse duras y difícil. La fe es un estado en el que debemos trabajar constantemente, es como un ejercicio para el espíritu en el que nunca debemos “dormirnos”. Mientras pases por buenos momentos, recuerda siempre “Agradecer”, 1 Tesalonicenses 5:18 . Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
potenciar valores hermosos como la bondad, la empatía, el respeto, la fidelidad, y en los momentos más difíciles de tu vida, no dejes de orar, reflexionar, meditar, perdonar y también agradecer por la oportunidad que tienes de aprender y crecer con cada experiencia que Dios ha elegido para ti. Una manera de mantener la fe y la esperanza es rodearnos de personas positivas y asertivas, tener lecturas valiosas y siempre reflexionar de temas profundos. Romanos 5:1-2.Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.